"Sólo desde un punto de vista epidérmico se pueden ver contradicciones y divisiones entre el período de un teatro cerrado, concentrado sobre sí mismo, y el momento sucesivo cuando el teatro parece proyectarse hacia el exterior....hemos logrado cambiarnos a nosotros mismos, antes de hablar de cambiar el teatro o la sociedad....
En la vida de un grupo, como en la vida de un individuo, llega el momento en el que las condiciones de una cierta seguridad se consolidan. Nos hallamos entonces ante la alternativa entre rutina o acumulación. Para escapar a la presión es importante entonces saber en qué dirección proyectar las propias energías. Es el momento crítico cuando el hilo corre el riesgo de romperse. Cada uno, para escapar a esta tenaza, busca un camino propio. El impulso se vuelve tan centrífugo que fragmenta al grupo en proyectos individuales o fugas hacia el exterior para buscar oxígeno, nuevos desafíos, nuevas relaciones.
Se piensa, con frecuencia, que un grupo de teatro tiene una unidad si sus integrantes se asemejan....Al contrario....La diferencia, la falta de homogeneidad de los resultados es, quizás, una de las puebras más confiables de una profunda unidad de método.
Esta unidad de método alimenta tan solo el impulso que empuja a cada uno a recorrer su propio camino hasta encontrarse a sí mismo y a su propia visión, no la visión del maestro."
Eugenio Barba
viernes, 31 de julio de 2009
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